jueves, 30 de mayo de 2024

 Cuando veo tu imagen en la lejanía y te escucho llamando mi nombre, la vida vuelve a adquirir el sentido perdido. 

 

 Por Rubén Silva

 

 



Al llegar, la casa está sola, la ventana abierta deja entrar una corriente de aire que mueve la cortina burlándose de mí, la loza está sucia y amontonada en el lavaplatos, tres botellas de vino vacías están solitarias encima de la mesa de la cocina y yo no sé qué hacer, no tengo ganas de nada excepto tomar un trago y pensar en ti. En mi soledad llegas a acompañarme con una imagen radiante de luz y una sonrisa que me sorprende y deja helado. Entonces me siento y comienzo a escribir una canción para ti, para tu recuerdo y la hermosa imagen con la que me visitas a diario.



¿Dónde te fuiste?

¿Dónde te encuentro?

Nunca quise que desaparecieras,

Pero ocurrió y ya nadie me lleva cerveza a la mesa

Nadie me pregunta como estoy, nadie se fija en mi presencia en el bar

Tampoco nadie me lleva whisky a la mesa

Nadie lleva la comida a mi puesto

Tu figura ya no se posa enfrente a mi

Estas ajena, distante

Y tu voz cálida solo la escucho en la lejanía de mis recuerdos

Pero aquí estoy en esta casa sin un propósito, sin ganas de seguir respirando.

Pero con la esperanza de volver a ver tus ojos brillar

Porque te amé en secreto y en silencio,

Te amé sin que te dieras cuenta y lo hice para que no sufrieras,

Para que no lloraras, porque te quise más que a una amiga.

Por eso preferí el secreto y el silencio, aunque sé que intuías

Lo que sentía por ti y ahora todo ocurre en mi memoria, en mis recuerdos

Y esta casa solitaria y vacía hace que piense en ti,

Hace que te vea y escuche tocando mi puerta, pidiéndome alojo y cuidado.

Te los daría de inmediato, porque eras el sueño del que no quería despertar.





Ahora las ganas de llorar me sacuden y despiertan de mi idilio, pero soy fuerte y duro como dijo Rosita, la chica que viene a ordenar y limpiar mi casa, hoy día hablamos harto. Me gusta hablar con ella porque tiene ideas, puntos de vista que no son los de una mujer común, ella puede opinar, contradecirme, hablarme con una honestidad abrumadora y eso me gusta. Un día me dijo que desde el primer momento que llegó a trabajar aquí supo cómo por una revelación que yo sería su amigo, su confesión me conmovió y cuando cumplió su jornada laboral y se fue la extrañé, como quien extraña a la mejor amiga. No se lo dije claro, porque no quiero que haya malos entendidos o que ella tenga problemas por mi culpa.

Y sigo aquí sentado tomando cerveza y pensando en ti, recordando cuando te escribía poemas en el bar donde trabajabas. A veces me arrepiento de no haber sido más directo en ese tiempo y haberte dicho de una buena vez lo que sentía por ti, pero decidí guardar silencio porque me encontraba poca cosa para estar contigo, pensaba que necesitabas algo mejor, alguien con un futuro superior y algo más grande de lo que yo podía ofrecer. Pero como sabemos estamos acostumbrados a que el amor nos de cosas materiales, aunque al momento de conocer a esa persona ideal y con ganas de triunfar el amor se desvanece como arena en el viento y no sabemos qué hacer.

Ya son las doce de la noche y al parecer de nuevo no llegarás a tocar mi puerta, ya sé que no estás en este mundo porque un accidente automovilístico te quito la vida hace más de un año atrás. Pero no me acostumbro a estar sin ti, no me acostumbro a que ahora estés muerta. Té imagino viva como siempre, te recuerdo hermosa y radiante, me niego a que la catástrofe te borre de mi vida, me niego a perderte o a dejarte ir como si nada. Quiero que siempre estes en mi mente en mis pensamientos y mis recuerdos, no quiero dejarte ir. Quiero que de ahora en adelante seas mi ángel y vengas a visitarme en sueños, quiero que me hagas compañía, quiero que vengas y toques a mi puerta porque siempre estaré aquí para ti y quiero ver de nuevo ese brillo de tus ojos. Mi psicóloga me propuso hacer una terapia para asumir que has muerto, pero no quise aceptarla, porque no quiero olvidarte no quiero que te alejes de mí, ¿Me entiendes? Te quiero en mi mente en mis pensamientos, aunque ya no estes en este mundo, solo no quiero dejarte ir de mis recuerdos y memoria, porque te sigo amando, aunque ya no sea en secreto, todos mis amigos y amigas saben que estaba enamorado de ti y me gusta cómo se siente reconocer que fuiste mi ángel, mi inspiración, la mujer con la que quería pasar el resto de mis días. Y a pesar de que ya no estás aquí tu recuerdo aún vive en mí y no quiero perderte, no quiero dejar que te vayas del todo, eres mi ángel, mi sueño despierto y la esperanza de volverte a encontrar en algún lugar de la existencia es el motivo por el que sigo vivo. Y cuando veo tu imagen en la lejanía y te escucho llamando mi nombre, la vida vuelve a adquirir el sentido perdido.
 
 

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