domingo, 9 de junio de 2024

LOS PASACALLES:    LA PRIMERA PICADURA

 



 

Por (Desastre Alterno)  Rodrigo Torres Quezada

 


Los Pasacalles son una banda Argentina, originaria de Buenos Aires, compuesta por Tomás Martos en voz y guitarras, Martín Ghiglione en batería, teclados y voz, Víctor González en bajo y voz; mientras que en la batería, teclados más guitarras, tenemos a Matías Andersen. Se les define como una banda independiente, post-punk, new wave, aunque como pasa con la mayoría de las etiquetas, estas se quedan cortas a la hora de categorizar a una banda. Además, el grupo también da énfasis a la realización de documentales sobre el mundo underground.

¿Por qué Pasacalles? El término tiene diferentes acepciones. Por un lado remite a las bandas callejeras que salen a entusiasmar al público, a modo de carnaval. No obstante, como la banda es Argentina, en este país el término alude a los carteles políticos, o que contengan algún mensaje, que cruzan de un lado de la calle al otro. En este caso, la banda sería una especie de mensaje que te aparece mientras vas caminando por la calle. Una especie de aviso o advertencia.

Su primer disco Solífugos, del año 2024, está cargado de metáforas y sonidos que recuerdan a bandas como Smashing Pumpkins, I like trains o a Vetusta Morla (por su poesía). La portada del disco trae a la memoria, en tanto, a The Beatles y a los Ángeles Negros. Hay que acotar que los solífugos son un orden de arañas que suelen habitar los desiertos y que si bien no son venenosas, su mordedura causa gran dolor. A tomar en cuenta este dato.

Su primera canción, Habitación 14, es sumamente sugerente, poética, que bien podría estar hablando de alguna noche de sexo como bien podría estar aludiendo a la estadía del ser humano en esto llamado vida. La guitarra es potente y el teclado hipnótico. En Cabeza de Fitito el sonido es más reposado. El Fitito es un tipo de vehículo, y en la canción alude a una persona que al parecer no quiere entender al otro, lo que recuerda a Mentalidad Televisiva de Los Prisioneros. En Cubista Durmiendo el sonido es más duro, grunge, y alude al título del disco pues menciona: Te veo arando arañas. En esta canción, al igual como pasa con las pinturas cubistas, hay que saber desde dónde observar para tener una idea del mensaje y así estar atentos a la araña y su ataque. Saludo al Sol Negro vuelve a traer calma. Con un sonido pegadizo, aquí se hace una crítica social donde los corderos ideales están desencantados de la ciencia y siguen redes sociales, consignas políticas o astrólogos. La canción Sal es la más tranquila del conjunto, la cual recuerda en cierto punto a esas canciones emocionales de bandas como Eterna Inocencia (un ejemplo es Nuestras Fronteras). La guitarra aporta una melodía hermosa y que está perfectamente unida a la voz y la batería. En Río Aqueronte el ritmo acompasado pareciera ser una especie de canción de despedida. Tal como Caronte que guiaba a los muertos al otro mundo a través del río Aqueronte (que significa Río del dolor), esta canción parece guiar a alguien que se despidió del mundo, a modo de elegía. El disco termina con un pasaje irónico, donde el cantante habla de las nuevas formas que tenemos para relacionarnos, sobre una potente base rítmica.

En conclusión, Solífugos es un disco potente, armónico y poético. Una picadura dolorosa pero que no te va a matar. Al contrario, te hará más fuerte.




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