sábado, 7 de junio de 2025

 ESCONDITE  ALBUM   LA QUEBRADA 

 

    

 

Por Gonzalo Vilo



            Me perdí en la ruta hacia un destino que ya no recuerdo. Apagué el celular, me desconecté del mundo, y simplemente seguí caminando. Cuando volví a ser consciente de mí mismo, el tiempo había pasado como un río subterráneo: silencioso, invisible. Me pregunté entonces si mis recuerdos eran reales, o si solo era un espejismo proyectado por una mente cansada. ¿Era esta mi vida, o solo una historia que alguien más me había contado? Suspiré. No tenía sentido angustiarse. Necesitaba música.

Rebusqué entre las recomendaciones de mi última aplicación de streaming, y apareció un nombre nuevo: Escondite. Su último álbum se llamaba La Quebrada. Le di play sin mucha expectativa, pero algo extraño ocurrió.

Un sonido inquietante se apoderó de mi cabeza. No era solo una canción. Era como si una grieta se abriera entre mis pensamientos. Al frente, entre los árboles, comenzaron a titilar unas luces que no estaban allí antes. ¿Debería seguirlas? Todo parecía en orden hace unos momentos... ¿Qué pasó?

La vida solía avanzar sin mayores sobresaltos, obedeciendo su curso natural. Yo estaba seguro de ser feliz. ¿Lo estaba?

Conforme las canciones avanzaban —diez en total— sentía que cada nota me alejaba de algo que había considerado importante, pero también me acercaba a otra cosa. A un sendero distinto. Incierto. Un camino apenas bosquejado que ya comenzaba a revelarse, como una herida que no sangra pero aún duele. 
 
Buscando en google descubrí que Escondite es una banda chilena que apareció en el paisaje urbano de Santiago en 2018, como quien se cuela por una rendija en medio del cemento caliente. Desde entonces han estado explorando los márgenes de la música, recogiendo fragmentos de los años 90, finales de los 80 y principios de los 2000, como si fueran hojas caídas en un bosque sonoro que se niega a morir. Su lenguaje bebe del garage más crudo, del espíritu DIY más visceral y de esa urgencia creativa que solo nace cuando se sabe que no hay nada que perder.

En 2022 lanzaron su primer álbum homónimo, un mapa inicial, un gesto inaugural. Luego vino el silencio, el cambio, la mutación. Renovaron su formación, y como si se hubieran replegado hacia el interior de sí mismos, regresaron a fines de 2023 con un EP junto a Isla del Sol. Ahora, en 2025, entregan una nueva pieza del rompecabezas.

La Quebrada no es un álbum que se escuche, es un álbum que se atraviesa. Como una carretera secundaria que no aparece en los mapas, donde cada canción es un desvío, una bifurcación entre la memoria y el presentimiento. Hay árboles que murmuran, voces que no terminan de irse, melodías que parecen haber estado ahí desde siempre. Es un disco que no busca mostrarse: se esconde, como su nombre. Se confunde con el paisaje. Uno no lo reconoce al principio, pero al final se da cuenta de que lo llevaba consigo desde hace tiempo. 
 
 “Espiral” nace desde la ansiedad. Desde ese momento preciso en que se siente que todo va a cambiar, pero no se sabe cómo. Germán Muñoz —voz y guitarra— cuenta que la escribió justo antes de partir de Santiago rumbo a Barcelona, mientras el cuerpo aún estaba aquí, pero la mente ya flotaba en otra parte. Se nota. La canción gira sobre sí misma, como atrapada en un ciclo que no se resuelve, pero que tampoco quiere hacerlo. Hay una belleza extraña en eso.

“Animal Negro”, en cambio, es una fábula oscura. Inspirada en un microcuento sobre los cerros de la Quinta Región como un animal dormido, la canción se siente como una advertencia. Un pulso grave, casi subterráneo, que despierta lentamente hasta rugir. Es un himno a lo que acecha. A lo que se esconde bajo la tierra, esperando su momento para emerger.


Y cuando la última canción se apaga, no hay cierre ni resolución. Solo queda ese eco. Ese reflejo —tal vez impreciso, tal vez exacto— de nosotros mismos, caminando hacia algo que no entendemos, en dirección a los muertos. O tal vez, hacia los vivos que fuimos y dejamos atrás.
 
 released May 30, 2025

Todas las canciones interpretadas por Escondite
Todas las canciones compuestas por Germán Muñoz, exceptuando track 5 compuesto por Sebastián Yáñez

Grabación, Mezcla y Producción por Carlos Doerr en Sultan Estudio
Master por Francisco Holzmann - Holzmasters, exceptuando tracks 1, 5 y 9 por Carlos Doerr en Sultan Estudio

Fotografia por Carlos Doerr
Arte por Benjamín De La Fuente

Distribuido por Sultan Discos

Agradecimientos especiales a Ismael Palma aka Inmontauk y Claudio Manríquez aka Jurel Sónico, participaciones respectivas en track 4 y track 10

Escondite es:
Germán Muñoz - Voz principal, Guitarra Eléctrica y Sintetizador
Daniela Araya - Voz principal y Coros
Matías Bacigalupo - Guitarra Eléctrica, Ruidos
Sebastián Yáñez - Bajo
Sebastián Alfaro - Bajo en track 10
Ismael Palma - Sintetizadores
Claudio Manríquez (aka Jurel Sónico) - Coros en track 4
Carlos Doerr - Guitarra Eléctrica en track 8 y Sintetizador
Raúl Guzmán - Baterías, Guitarra Eléctrica y Sintetizador
 
Puedes escuchar el disco por
 
 https://sultandiscos.bandcamp.com/album/la-quebrada
 
O en youtube 
 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

 PINTURAS   PSICOSOMÁTICAS   -   DANIELA    ESCOBAR         Reseña Por Gonzalo Vilo Publicado por Editorial Overol en su sello 603 (2024)...