sábado, 28 de junio de 2025

 POLITICOS  MUERTOS   VINILO 

 

   
 
 
 Por Gonzalo  Vilo
 
 
      El cielo sobre la ciudad está oscuro. El aire apesta a bilis institucional. Cada callejón parece repetir el mismo loop: promesas quebradas, slogans huecos, y una clase política que sigue masticando huesos ajenos como si fueran caramelos. Las pocas luces que quedaban, las apagamos nosotros mismos. Ya no creemos. Y por eso gritamos.

 
 
En este escenario rancio y repetido, la reedición en vinilo del debut homónimo de Políticos Muertos no es nostalgia: es un acto de justicia. Es un puñetazo desde el pasado que todavía huele a lacrimógena y pan duro. Grabado originalmente en cassette y editado en 1997 por CFA Discos, este álbum fue un grito desprovisto de cálculo comercial, registrado en medio del tedio democrático y la resaca postdictadura. Gracias al sello Campo Magnético (catálogo CM002), ese grito volvió a escucharse, pero tallado en surco negro, con más rabia que polvo. La reedición vio la luz entre 2018 y 2019, en versiones en CD y vinilo, rescatando el filo intacto de esas grabaciones. 
 
 
  
 
Fundada en Santiago en 1987, en plena dictadura, esta banda sobrevivió con las uñas afiladas. Desde las ferias libres hasta tocatas de barricada, Políticos Muertos desarrolló una poética de la resistencia, un punk que se niega a morir porque no necesita aplausos. En su música hay más verdad que en cien matinales, más filo que en cualquier editorial dominguera.
 



Las letras —ácidas, certeras— no envejecen: impunidad, injusticia, abuso, promesas incumplidas, dijeron en su momento. Y el país, desde entonces, ha cambiado poco y nada. Las canciones siguen igual de urgentes. No es un revival, es una herida que nunca cerró.

La edición en vinilo, prensada con cariño y criterio por Campo Magnético, no solo rescata la crudeza de las grabaciones originales, sino que nos recuerda por qué este disco importa: porque Políticos Muertos nunca buscó agradar. Porque nunca hubo disfraz. Porque nunca se vendieron.
 




En tiempos donde hasta la rabia tiene manager, escuchar a Políticos Muertos es como escupirle al televisor. Es volver a creer que un acorde mal tocado, pero con verdad, vale más que mil campañas de marketing.

No es solo música.
Es un documento.
Es una piedra en la frente del olvido.
 
 


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