OSKAR  HUERTA

 

 

 

                                                           DE PIE JUNTO A LAS RUINAS



Las comunidades humanas han construido una relación de depredación con los territorios donde han habitado, creando vínculos de competencia y de posesión con ellos. 

 

 

Generando un relato que pone en el epicentro al ser humano por sobre todos los demás sistemas, en 200 años, un muy corto período de tiempo para la existencia del planeta, la forma de vida que han adoptado las comunidades humanas pone en peligro su propia existencia junto a la de miles de otras especies.

Las crisis ocasionadas por el antropoceno (1) parecen acelerarse y tomar miles de formas distintas, mostrando el daño como irreversible.

 

 

La historia de la ruina se ha construido a paso acelerado en los últimos siglos, despojando a las comunidades humanas del conocimiento ancestral que permitía asegurar la existencia de las generaciones futuras en un entorno sano. La primera Revolución Industrial, que nació a finales del siglo XVIII, permitió una aceleración sostenida del ritmo productivo, además de prometer la liberación de hombre de las tareas más pesadas. Un poco más de 200 años después sabemos que esto no sucedió y que las leyes del mercado han originado un contexto de alienación (2) creciente que fomenta una fuerte sensación de incertidumbre sobre el futuro.



En el Limarí los ríos se secan, se sobreexplotan, como si solo existieran para regar las hectáreas destinadas a la agroindustria. La vida en los valles se vuelven frágiles, la desertificación crece, los cuerpos humanos que los habitan se debilitan y enmudecen, adormecidos por el cansancio y la crudeza.

La ansiedad y la incertidumbre atraviesan el territorio de lado a lado.



(1)ANTROPOCENO: Es una nueva etapa geológica que vendría a suceder al Holoceno, el período cálido tras la última glaciación. Esta nueva etapa se caracteriza por el impacto del hombre sobre la tierra, principalmente por 3 factores: El progreso tecnológico que se desarrolla aceleradamente tras la primera revolución industrial, el crecimiento explosivo de la población y la multiplicación sin fin de la producción y el consumo.

(2)ALIENACIÓN: Concepto filosófico que se refiere a situaciones políticas y sociales que hacen que el ser humano se “pierda a sí mismo” al perder capacidades racionales y morales. Estamos alienados cuando ya no podemos sentir y razonar correctamente frente al mundo en que vivimos y que hemos creado.





AUTOR: OSKAR HUERTA

CURADORA: PAULA LOPEZ-DROGUETT

 

 

 

Las fragilidades del valle. Cuerpos y paisajes fusionados en la melancolía.



En el valle del Limarí, en la región de Coquimbo, el fotógrafo Oskar Huerta vivencia, investiga y reflexiona acerca de los estragos humanos ocasionados por el proceso de desertificación de un territorio donde los ríos se están secando por la falta de precipitaciones y la sobreexplotación de las aguas por parte de la industria agrícola.

En De pie junto a las ruinas se percibe un dolor permanente por lo que se sabe perdido. La mirada fotográfica de Oskar Huerta presenta el estado emocional de las personas que sufren el agotamiento corporal y psicológico de verse inmersos en un territorio frágil que los debilita, acalla y atrapa en una desalentadora realidad en la que la sequía penetra en el imaginario del lugar, resignificando el paisaje herido hacia una aridez extrema constante a la que adaptarse o rendirse. A través de paisajes y retratos, el autor otorga un valor esencial y melancólico a la presencia del cuerpo humano integrado en la naturaleza, fusionando, descriptiva y simbólicamente, las fragilidades del valle y sus habitantes.

La fotografía que Oskar Huerta practica integra procesos químicos que le permiten experimentar visualmente con lo imprevisible del acto fotográfico. Huerta entiende y aborda su trabajo desde el “descontrol” como proceso vinculado al error y al azar. La estética derivada de las experimentaciones con la materialidad de los soportes fotográficos le permiten crear metáforas sobre el conflicto hídrico, social y existencial que conlleva la sequía en su región a través de una mirada velada por lo defectuoso y lo deteriorado, como si de las imágenes emergieran los estados emocionales de una comunidad afligida por su presente. 

Los textos que acompañan a las imágenes están extraídos de un cuaderno de ruta que Huerta ha escrito con unas expresivas letras mayúsculas que ocupan toda la página. En esos apuntes, tanto la letra como el significado de las palabras reflejan cierta fragilidad y cansancio, pero también una intensa fuerza y una activa rebeldía. El fotógrafo concentra en este gesto textual una energía genuina que estimula la lucha por el deseo de recuperar lo perdido, un acicate necesario para resistirse a la idea de la desaparición de la tierra que habita. 

 

Huerta ha decidido utilizar la resistencia como estrategia para combatir lo conflictivo de esta crisis, para decidir cómo habitar ese territorio doliente que se fragmenta sin descanso y para imaginarlo críticamente a través de la imagen fotográfica y la palabra, dos medios que le permiten profundizar, mediante la experimentación y la expresión, en la búsqueda de relaciones que estrechen su historia personal con la de los demás habitantes de la zona y las transformaciones del territorio. 

El trabajo de Oskar Huerta manifiesta un compromiso social y político con las problemáticas medioambientales y sociales que interpelan a su comunidad y asume una postura ética y un posicionamiento ideológico desde dentro del conflicto. De pie junto a las ruinas no solo visibiliza una crisis socioecológica local, sino que también nos hace reflexionar acerca de sus dimensiones globales y repercusiones trascendentales para ofrecernos una pausa atenta que nos permita imaginar nuevas maneras de pensar y habitar el planeta que nos integren en un sistema sostenible lejos de la catastrófica idea de conformarnos con sobrevivir.

texto curatorial escrito por
Ros Boisier