lunes, 15 de septiembre de 2025

 VAGO   SAGRADO   -  VERMIN  (2025)

 

 
 
            
 
Por  Gonzalo  Vilo

 

               
       Después de haber escuchado Flatrock y Undesired, esos adelantos que la banda liberó hace algunos meses como migajas envenenadas para abrirnos el apetito, las expectativas estaban por las nubes. Y no era para menos: ambos temas funcionaban como un anzuelo filoso, dejando la sensación de que lo que se venía no era cualquier cosa, sino un zarpazo directo desde las catacumbas de la escena local.


La espera valió la pena. Vermin (2025), el nuevo trabajo de Vago Sagrado, no decepciona ni por un segundo. Todo lo contrario: es un golpe de satisfacción al pecho, de esos que te obligan a poner el disco en repeat, con la certeza de que cada escucha te va a mostrar un ángulo distinto. El título —que en inglés significa alimaña— no es casualidad: hay algo sucio, corrosivo y vital en estas nueve piezas que configuran un viaje sólido, donde la crudeza no está maquillada sino expuesta como cicatriz orgullosa.


El álbum fue grabado en Estudio Coscoroba bajo la producción de Felipe Ruz, y luego mezclado y masterizado por Ricardo Guzmán en Estudio Goethe. Una dupla que supo darle filo al sonido sin limar las aristas peligrosas. Este sexto disco marca también los diez años de trayectoria del cuarteto, y se siente como la maduración de un proceso largo: experiencia acumulada y un catálogo —el de Algorecords— que sigue siendo un refugio imprescindible para quienes necesitamos que el rock todavía huela a sudor, humo y calle mojada.


Desde el arranque con How Come You’re Back, la banda no busca apurar nada: abre la puerta con elegancia contenida, solo para empujarte de golpe a la avalancha que sigue. Después vienen momentos en que la distorsión se expande como incendio y otros en que la melodía asoma vulnerable, recordándonos que debajo del ruido late un corazón que también se quiebra. Esa dualidad —fuerza y fragilidad, mugre y ternura— es lo que hace que Vermin se sienta vivo, sin rendirse a ninguna etiqueta.

Los adelantos fueron apenas la punta del iceberg. Half Drank Beer trae un pulso indie que se desborda en guitarras; Undesired juega con la melancolía y el filo autodestructivo; mientras que Flatrock funciona como un viaje espacial que refuerza la vibra atmosférica. El resto del tracklist —The Scroll, Ear Eater, For the Sake of the Nation, Justice y NUE!— completa un mapa donde conviven post punk, krautrock y psicodelia, entre letras existencialistas cargadas de ironía y un humor que roza la parodia.


Vermin no es un disco para escuchar de fondo. Es un álbum que exige atención, que te toma de los oídos y no te suelta hasta que entiendes que lo suyo no es solo música, sino también un retrato sucio y nocturno de lo que somos. En tiempos donde sobran lanzamientos plásticos y desechables, trabajos como este son una declaración de principios: el rock chileno sigue vivo, rugiendo desde el underground, con bandas que no tienen miedo de ensuciarse las manos para entregarnos algo real.

 

Pueden escuchar el disco siguiendo el siguiente link 

 https://vagosagrado.bandcamp.com/album/vermin

 



 

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