CAUTELA FISIÓLOGICA REEDICION
Por Gonzalo Vilo
Hace veinte años —¡uf, cómo pasa el tiempo!—, en diciembre de 2005 para ser más precisos, Michel Leroy, o Thanatoloop, lanzó Música a la muerte infinita, un álbum totalmente alejado de cualquier convencionalismo y que ahora está cerca de una reedición.
Dentro de este trabajo destacan piezas como “Dios Ebrio”, “Risa Thanática” o “Cautela Fisiológica”. Precisamente esta última ha sido remasterizada y publicada nuevamente por el músico para celebrar estos veinte años.
Música a la muerte infinita es un disco que no te deja indiferente: diez obras que te arrastran por pasajes delirantes, saturados de oscuridad, distorsión y una belleza enfermiza. Una experiencia inmersiva donde el sonido se vuelve cuerpo, atmósfera y trance.
Definido por su autor como una “orquesta unipersonal post-industrial con elementos psicodélicos y progresivos”, el álbum despliega un universo sonoro surrealista, épico, oscuro y narcótico. Fue grabado en el Templo Sagital de Chile entre 2005 y 2006.
Michel Leroy se encargó de todos los instrumentos: electrónica, teclados, voces, percusiones y violín. En el segundo track, además, aparece un sampler del tema “Panis et Circenses” de Os Mutantes, una cita que amplía el espectro estético del disco y conecta su oscuridad industrial con la psicodelia tropicalista brasileña.
Dentro de este trabajo destacan piezas como “Dios Ebrio”, “Risa Thanática” o “Cautela Fisiológica”. Precisamente esta última ha sido remasterizada y publicada nuevamente por el músico para celebrar estos veinte años.
Música a la muerte infinita es un disco que no te deja indiferente: diez obras que te arrastran por pasajes delirantes, saturados de oscuridad, distorsión y una belleza enfermiza. Una experiencia inmersiva donde el sonido se vuelve cuerpo, atmósfera y trance.
Definido por su autor como una “orquesta unipersonal post-industrial con elementos psicodélicos y progresivos”, el álbum despliega un universo sonoro surrealista, épico, oscuro y narcótico. Fue grabado en el Templo Sagital de Chile entre 2005 y 2006.
Michel Leroy se encargó de todos los instrumentos: electrónica, teclados, voces, percusiones y violín. En el segundo track, además, aparece un sampler del tema “Panis et Circenses” de Os Mutantes, una cita que amplía el espectro estético del disco y conecta su oscuridad industrial con la psicodelia tropicalista brasileña.
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