RAMAL LA PERSISTENCIA DE LO QUE NO SE MUEVE
Por Gonzalo Vilo
Entre Talca y Constitución todavía corre un tren viejo que parece no ir a ninguna parte. En esos rieles oxidados, donde el progreso nunca llegó, Cynthia Rimsky levanta su novela Ramal, publicada hace casi quince años y hoy reeditada por Editorial Overol como quien rescata una pieza de museo viva, o un fantasma que insiste en seguir respirando.
El protagonista —“el que viene de afuera”— recibe el encargo de revivir el último ramal ferroviario de Chile, ese hilo de hierro que une estaciones con nombres que suenan a poema: Maquehua, Forel, Toconey, González Bastías, Curtiduría. Su misión es convertir el abandono en destino turístico, el silencio en espectáculo. Pero lo que encuentra es otra cosa: rostros cansados, pueblos sin mapa, vino pipeño, lisa a la teja y un rumor de río que suena más fuerte que cualquier discurso de desarrollo.
Rimsky escribe con una prosa que se arrastra como tren en pendiente: lenta, vibrante, con una belleza que a veces duele. Cada página tiene la textura del óxido y la quietud de los campos donde nadie mira. Lo suyo no es nostalgia barata ni turismo emocional: es una excavación del olvido, una pregunta que sigue repitiéndose, tozuda, a cada estación abandonada: ¿cómo vivimos?
En esta nueva edición de Ramal, Overol hace lo que mejor sabe: rescatar lo que la prisa de la modernidad intenta borrar. Mapas, fotos en blanco y negro, tipografía austera; todo el libro parece construido con los materiales del tren mismo. No hay artificio, solo una poética del deterioro que se resiste al cierre definitivo.
Leer Ramal hoy es mirar el país desde la ventanilla rota de un vagón: ver cómo el paisaje se repite y cambia, cómo los pueblos siguen esperando un viaje que ya no llega. Y entender, quizás, que lo importante no era el destino, sino el eco de los rieles que todavía suenan en alguna parte del Maule.
Cynthia Rimsky – Ramal
Reedición: Editorial Overol, 2025 (primera edición 2011), Santiago