viernes, 31 de octubre de 2025

 OSAMENTAS  EN  EL  JARDIN

 BELLEZA EN LA DESCOMPOSICION

 

 

   

 

      Hay artistas que observan el mundo y otros que lo abren en canal. Osamentas en el Jardín pertenece a los segundos. Su trazo parece surgir desde un lugar donde la carne se mezcla con la raíz y el amor con la podredumbre. En sus retratos, la ternura y la muerte no se oponen: se rozan, se entienden. Un beso dibujado a grafito puede ser tan íntimo como un corte quirúrgico en el pecho. Lo humano aparece en su estado más vulnerable, más bello, justo antes de deshacerse.

 

    

 

 Sus imágenes funcionan como fragmentos de un diario anatómico. Hay gatos, amantes y mujeres cosidas que sostienen calaveras; pero más allá del motivo, lo que emerge es una voz plástica que trabaja con la materia del silencio. Cada línea, cada sombra, parece un intento de recordar lo que la memoria ya quiso olvidar. Su paleta —hecha de ocres, cenizas y sangre seca— le da un aire de liturgia profana, de misa en una casa abandonada

 

    

 

 

   

 

 En un circuito donde la estética suele disfrazarse de ironía, Osamentas en el Jardín elige la honestidad del abismo. No busca complacer: busca mostrar que aún hay belleza en lo que se pudre, que los cuerpos y los afectos también florecen bajo la tierra. Su obra no es decorativa, es devocional. Una invitación a mirar de cerca lo que normalmente apartamos: la fragilidad, la herida, la ternura que persiste incluso cuando todo se cae a pedazos.

 

 

  

 

Pueden encontrar mas de su trabajo visitando su cuenta de instagram

 https://www.instagram.com/osamentaseneljardin/

 

domingo, 26 de octubre de 2025

 The Lullabies Kickdrop (2024)

 

   

 

Por Gonzalo  Vilo

 


     Una luz serpentea en el horizonte, eléctrica y fugaz. Sigo de largo, intento ignorarla, pero no puedo. Es esa voz otra vez. Esa voz que me llama. Siempre tan hermosa, me acaricia el alma hasta que no puedo avanzar. “¿Qué hago?”, parece decirme. “Vuelve, corre hacia atrás.”

Un sonido ahora la acompaña. Son riffs agudos, rítmicos, acompañados por una batería que se mueve entre lo atmosférico y lo insistente. Melodías que te atrapan, que te retienen aun cuando intentas escapar. Siento de pronto como unas manos arrugadas me toman del brazo. Intento apartarlas, pero me sujetan firmes. La voz me grita: No te vayas. Ecos del pasado flotan por todas partes, como una dulce canción de cuna que me mece mientras el presente me desgarra por dentro. Como una gran patada interna.

Seis canciones han bastado para que Kickdrop, el EP de The Lullabies lanzado en diciembre de 2024 por Culebra Records, confirme que Santiago tiene algo más que bares y grafitis: tiene un sonido que mezcla psicodelia, shoegaze y noise-pop, todo envuelto en una melancolía que duele pero atrae. Desde el inicio con “Ostrich (Running Backwards)”, donde la guitarra se estira como humo en la noche, hasta el cierre con “Lullabye”, que arrastra todo hacia un abismo de belleza y tristeza, cada pista respira y sangra al mismo tiempo.

No hay artificios aquí: la producción suena cruda, cercana, como si alguien hubiera decidido registrar el dolor y la nostalgia en tiempo real. “Don’t go away” golpea con suavidad devastadora; “Throughout” (para mi la mejor del ep) se mueve entre la introspección y un crescendo que te deja sin aire; “Washed” es un remolino de distorsión y quietud que apenas te permite distinguir entre el ayer y el ahora.

Kickdrop no pide permiso. No es música para pasar el rato. Es un llamado, una insistencia que se clava en el pecho. The Lullabies han tomado seis canciones para recordarnos que el shoegaze chileno puede ser tan íntimo como un susurro en la oscuridad y tan agresivo como un riff que no se olvida.
 
 
 

martes, 21 de octubre de 2025

 SERPIANTE.DEL.KAAOS

 

   
 
 
    El arte de Serpiante del Kaaos es un collage de furia, sarcasmo y desobediencia que recupera la energía de los fanzines punk y la crudeza del art brut. Cada trazo parece dibujado con rabia y urgencia, como si el artista temiera que el mundo se desintegre antes de terminar la línea.
 
 
 

Su imaginario dialoga con la gráfica anarquista, el cómic underground y los ecos de Robert Crumb o Gary Panter, pero siempre desde un lugar más visceral y latinoamericano. Hay ironía, hay crítica, pero sobre todo hay rechazo a la pulcritud y a la obediencia estética. Serpiante del Kaaos pinta el caos porque lo habita, y su lenguaje visual se nutre de ese mismo ruido que el sistema intenta silenciar.

 


Mirar su trabajo es enfrentarse a una especie de manifiesto visual: el arte como desahogo, no como mercancía. En sus líneas torcidas y gestos desesperados se siente una verdad incómoda, una estética que no busca redención sino permanencia. Lo suyo no es belleza, es resistencia; no es orden, es una forma de seguir gritando cuando todos parecen haber bajado el volumen.

 

 

domingo, 19 de octubre de 2025

 INCHE PIKUNCHE

 

    

 


    La exposición Inche Pikunche, del artista y docente regional Eduardo Vilo Barrera, se presenta en el Museo Arqueológico de La Serena como una reflexión sobre la identidad, la memoria y el vínculo con los pueblos originarios. Inaugurada el 7 de octubre y abierta al público hasta el 27 del mismo mes, la muestra reúne una serie de retratos que proponen un diálogo entre el presente y las raíces culturales del pueblo picunche, reconociendo en los rostros humanos un territorio donde persisten la historia y el linaje ancestral.

Eduardo Vilo Barrera, artista visual, lonko y profesor de la Región de Coquimbo, ha centrado su trayectoria en la cosmovisión y rescate de la identidad indígena. Su obra combina la práctica artística con una profunda labor cultural y comunitaria. A través de su trabajo, Vilo busca visibilizar el legado de los pueblos originarios del norte de Chile y reivindicar su presencia en el territorio contemporáneo.

En Inche Pikunche (“Yo soy Picunche”), el artista reafirma su pertenencia y compromiso con la memoria colectiva. La exposición no idealiza el pasado, sino que reconoce las huellas de lo ancestral en las personas y comunidades actuales, proponiendo un ejercicio de identidad que trasciende lo individual para proyectarse en lo colectivo. Con esta muestra, Vilo Barrera invita a mirar el arte como un espacio de diálogo, resistencia y continuidad cultural.
 
 

jueves, 16 de octubre de 2025

 EL CHICO QUE MORIA TODOS LOS DIAS

 PENSAR A KURT COBAIN  EN EL SIGLO XXI

 


 


      Treinta años después del disparo que detuvo su cuerpo pero no su eco, Kurt Cobain sigue respirando entre los escombros del ruido. Walter Lezcano, en El chico que moría todos los días. Pensar a Kurt Cobain en el siglo XXI (Santiago-Ander Editorial), no escribe una biografía más: construye un espejo roto donde se refleja la fragilidad de una generación que aprendió a gritar antes de aprender a hablar.

Lezcano no busca respuestas, sino grietas. Desde ahí observa a Cobain como quien mira una herida que nunca cicatriza: el artista que se negaba a ser ídolo, el muchacho que se desangraba en cuadernos manchados de tinta y rabia, el tipo que soñó con un mundo más empático en medio del ruido blanco del capitalismo cultural. 
 
 

 

El lanzamiento del libro, realizado el domingo 5 de octubre en La Primavera del Libro, reunió a las periodistas musicales Bárbara Alcántara, Fernanda Hein, Janis Stock y al comunicador Carlos Reyes, quienes hicieron algo más que recordar a Nirvana o al grunge: revisitaron los noventa como un territorio donde todavía resuena la tensión entre ternura y violencia, autenticidad y mercado, arte y autodestrucción.

El chico que moría todos los días no pretende explicar a Cobain —nadie puede hacerlo sin traicionarlo—. Lo que hace es pensar con él, desde este presente saturado de algoritmos y discursos vacíos, donde su voz todavía corta el aire con una pregunta que no deja de doler: ¿qué queda de la furia cuando todo parece estar en venta?
 
 
 


    Sobre el autor: Walter Lezcano (Corrientes, 1979). Docente, periodista, editor y escritor. Publicó libros de cuentos, novelas, poemarios, ensayos y crónicas. Condujo podcasts y programas de radio. Dirigió tres cortometrajes de ficción. También escribió y dirigió dos documentales. Con su banda Semilla Negra sacó el disco El llamado de la violencia. Escribió canciones para grupos de rock y algunos de sus poemas fueron grabados para distintos proyectos audiovisuales. Trabajó de extra en un videoclip de una banda pop a cambio de alcohol y sanguchitos de miga.
En Chile junto a Santiago-Ander Editorial ha publicado los libros sobre la banda Dos Minutos, Un regalo del diablo (2022) y The Strokes, El resplandor de la mugre (2024).

martes, 14 de octubre de 2025

 EL OCASO DE LA BESTIA        HAMMURAVI   (2025)

 

 

     

 

 Por Gonzalo Vilo

 


       Hace unos meses se realizó el lanzamiento de El Ocaso de la Bestia, segundo larga duración de la banda nacional Hammuravi. Tras Fuego negro, su disco debut, el grupo se abre a nuevos horizontes creativos, explorando emociones y vínculos entre las personas. Un trabajo que se centra en las relaciones humanas y los afectos, desde una perspectiva íntima y reflexiva.

Hammuravi muestra en este disco una clara evolución. Ya no se trata de un proyecto personal de Naty Lane, sino de una obra colectiva. El cuarteto está formado por Naty Lane (voz y guitarra), Luis “Gato” González (guitarra y coros), Francis Fernández Bazáez (bajo y voz) y Matías Montecino (batería). En los conciertos se suma el tecladista Patricio Fernández, quien amplía las atmósferas del grupo con sintetizadores y samplers, reforzando la idea de una banda cohesionada y en constante exploración sonora.

El disco también refleja una renovada mirada hacia el presente. Las composiciones fueron creadas de manera conjunta, ampliando los límites establecidos en Fuego negro. Cada tema evidencia un hilo que conecta a las personas, profundizando en los afectos y en las emociones compartidas, en un trabajo que invita a escuchar con atención y sensibilidad.


Una muestra de este trabajo fueron los singles “El Rencor”, “Baby” y “Cristales”. El disco está compuesto por nueve temas que navegan entre el rock alternativo, el dream pop y grunge. La mayoría de las canciones fueron creadas el año pasado, con la excepción de “El Tesoro” (2020), que regresa en una versión renovada, adaptada al sonido actual de la banda. Cada tema refleja la intención de tender puentes emocionales, invitando al oyente a sumergirse en la atmósfera íntima y expansiva que caracteriza a Hammuravi.


Con este disco, Hammuravi consolida un proceso de madurez y cohesión, pasando de un proyecto íntimo y personal a una banda estable que explora la complejidad de las relaciones humanas. El Ocaso de la Bestia no solo marca un nuevo capítulo en la historia de Naty Lane, sino que también confirma la capacidad de la banda de transformar experiencias personales en narrativas compartidas, reafirmando su lugar dentro de la escena under chilena como un proyecto que mira hacia el presente y hacia la comunidad que lo rodea.
 
 

 

sábado, 11 de octubre de 2025

 CAUTELA  FISIÓLOGICA  REEDICION

 

 



Por Gonzalo Vilo

 


      Hace veinte años —¡uf, cómo pasa el tiempo!—, en diciembre de 2005 para ser más precisos, Michel Leroy, o Thanatoloop, lanzó Música a la muerte infinita, un álbum totalmente alejado de cualquier convencionalismo y que ahora está cerca de una reedición.

Dentro de este trabajo destacan piezas como “Dios Ebrio”, “Risa Thanática” o “Cautela Fisiológica”. Precisamente esta última ha sido remasterizada y publicada nuevamente por el músico para celebrar estos veinte años.

Música a la muerte infinita es un disco que no te deja indiferente: diez obras que te arrastran por pasajes delirantes, saturados de oscuridad, distorsión y una belleza enfermiza. Una experiencia inmersiva donde el sonido se vuelve cuerpo, atmósfera y trance.

Definido por su autor como una “orquesta unipersonal post-industrial con elementos psicodélicos y progresivos”, el álbum despliega un universo sonoro surrealista, épico, oscuro y narcótico. Fue grabado en el Templo Sagital de Chile entre 2005 y 2006.

Michel Leroy se encargó de todos los instrumentos: electrónica, teclados, voces, percusiones y violín. En el segundo track, además, aparece un sampler del tema “Panis et Circenses” de Os Mutantes, una cita que amplía el espectro estético del disco y conecta su oscuridad industrial con la psicodelia tropicalista brasileña.
 
 

 
 

miércoles, 8 de octubre de 2025

 GONZALO SANTANDER

 EL PULSO ANALOGICO DE LO URBANO

 


 

 

       Entre lo digital y lo manual, entre la calle y el cuarto oscuro, el trabajo de Gonzalo Santander se sostiene sobre una premisa sencilla y radical: mirar lo que casi nadie ve. Su fotografía registra los latidos sucios de lo cotidiano. En su Tumblr PuntoGuion y en su cuenta de Instagram @gsantanphoto, se despliega una mirada que dialoga con la tradición del fotoperiodismo callejero, pero desde una sensibilidad más íntima. Cada encuadre parece una respiración detenida; una forma de resistencia frente a la saturación de imágenes pulidas que inundan la red.

 


 

Santander mezcla procesos analógicos y digitales con una naturalidad que delata oficio y obsesión. En sus fotos, la textura del grano, los leves desenfoques y los contrastes marcados son huellas. En esa mezcla se percibe un espíritu D.I.Y. que remite a la cultura punk, al fanzine fotográfico y a la autogestión como principio estético. Sus paisajes urbanos, terminales vacíos o calles de Cuenca y Mendoza parecen fragmentos de un diario sin palabras, escritos con luz vencida y memoria.

 


 

Pero lo suyo no se queda en la contemplación. En su Instagram aparecen también registros de marchas y manifestaciones, donde la cámara se convierte en testigo y cómplice. Allí su fotografía adquiere un tono político, aunque sin panfleto: deja hablar a los cuerpos, al humo, al movimiento. No hay necesidad de pie de foto porque la escena misma vibra con una energía colectiva. En esos momentos, la cámara de Santander se comporta como un instrumento de escucha, un medio para capturar la vibración social del instante.



    

 

    


Mirar su obra es entrar a un espacio donde la fotografía vuelve a ser gesto y no producto. Gonzalo Santander construye imágenes que parecen venir de otro tiempo, pero que respiran el presente con crudeza. Sus publicaciones son fragmentarias, casi misteriosas, una narrativa que se rehúsa a cerrar. En una época dominada por la inmediatez, su trabajo se siente como una pausa necesaria: un recordatorio de que mirar sigue siendo un acto subversivo.
 
Pueden encontrar mas de su trabajo siguiendo su cuenta dde instagram
 
 https://www.instagram.com/gsantanphoto/  
 
o visitando
 
 https://puntoguion.tumblr.com/  
 
 
 

Juan José Hauva Gröne Hay fotógrafos de moda, de arte, de evento... y luego está Juan José Hauva Gröne. Un tipo que no le está fotografiand...